Descripción
La columna vertebral está formada por huesos (vértebras) que están conectados por ligamentos (conexiones de tejidos fuertes entre los huesos) y separados por discos que absorben los impactos. (Figura 1) Los huesos proporcionan estructura y soporte, y protegen la médula espinal y las raíces nerviosas. Los músculos se unen a la columna vertebral y permiten la movilidad.
En el pasado, el dolor de espalda se consideraba poco común en niños y adolescentes. Sin embargo, estudios recientes sugieren que el dolor de espalda es común en los niños. El riesgo de dolor de espalda en niños aumenta conforme el aumento de la edad. A los 15 años de edad, entre el 20 y el 70 por ciento de los niños reportará algún tipo de dolor de espalda. Aunque la mayoría del dolor de espalda no se debe a un problema grave subyacente, este no siempre es el caso, especialmente en niños menores de 5 años.
La causa más común de dolor de espalda es la tensión muscular, las lesiones o el sobreuso. Las verdaderas lesiones probablemente causen un menor porcentaje de dolor que el sobreuso. Los ejercicios repetitivos como correr, saltar y el acondicionamiento, pueden ser más comunes que las lesiones agudas, y un número significativo de pacientes pediátricos y adolescentes con dolor de espalda son sedentarios y no tienen una causa conocida de dolor. El desequilibrio muscular o la debilidad pueden contribuir al dolor. Las causas menos comunes incluyen infección, tumores, traumatismos o diversas deformidades como escoliosis (curvatura anormal de la columna), cifosis (espalda jorobada), espondilólisis (defectos o fractura de un área del hueso) y espondilolistesis (deslizamiento de una vértebra sobre otra).
Síntomas
El dolor de espalda puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier localización a lo largo de la espalda o la columna vertebral.
Es importante consultar con un médico si su hijo informa que el dolor de espalda es severo o que empeora progresivamente, que dura más de varios días o que está asociado con otros signos de advertencia como:
- Fiebre
- Pérdida de peso
- Dolor nocturno o dolor en reposo
- Problemas para caminar
- Debilidad
- Entumecimiento o disminución de la sensibilidad en la pierna o el pie
- Dolor que baja por una o ambas piernas
- Problemas del intestino o la vejiga
Examen Clínico
Su médico realizará el historial clínico y un examen físico.
Durante la historia clínica, su médico le hará preguntas sobre la salud general de su hijo, así como preguntas relacionadas específicamente con el dolor de espalda. Su médico necesitará saber cuándo comenzó el dolor, si comenzó con una lesión o actividad específica, y si está mejorando o empeorando. Le preguntará dónde se encuentra el dolor, cuándo es peor, qué hace que disminuya y si hay otras molestias asociadas, como fiebre, pérdida de peso, dolor que baja por la pierna o cambios anormales en el funcionamiento del intestino o la vejiga.
Durante el examen físico, su médico deberá observar cuidadosamente a su hijo. Es probable que le pidan a su hijo que se desvista para poder realizar el examen físico; sin embargo, él o ella puede sentirse más cómodo usando pantalones cortos o un traje de baño tipo bikini. Su médico observará o inspeccionará a su hijo, buscando curvas espinales, posturas, cambios en la piel, capacidad para caminar y simetría. Él o ella palpará cada hueso de la espalda para tratar de identificar áreas de dolor. Su médico le pedirá a su hijo que se incline hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados. Revisarará los reflejos y la sensibilidad, y moverá las piernas de su hijo hacia arriba y hacia abajo en busca de signos de compresión nerviosa. Su médico también realizará pruebas para evaluar la flexibilidad, la fuerza y la coordinación.
Otras Pruebas
Después de realizar un examen exhaustivo a su hijo, el médico puede ordenar alguno de los múltiples estudios o pruebas de imagen.
Rayos X son útiles para mostrar la alineación ósea, deformidades, desplazamientos, fracturas, tumores, infecciones u otros trastornos óseos.
Tomografía computarizada (TC) utiliza técnicas computarizadas de rayos X para proporcionar imágenes tridimensionales. Este estudio a menudo se utiliza para proporcionar imágenes detalladas de la complejidad de la anatomía.
Resonancia magnética (RM) es útil para evaluar tejidos blandos como la médula espinal, las raíces nerviosas y los discos. Es muy útil para diagnosticar infecciones, tumores y alteraciones neurológicas que causan dolor de espalda.
Gammagrama óseo implica inyectar una sustancia en una vena y luego obtener imágenes que pueden detectar dónde se concentra la sustancia. Esta técnica es útil para encontrar áreas de inflamación, infecciones, tumores o fracturas que no se muestran bien en otro tipo de imágenes.
Exámenes de laboratorio, especialmente si existe alguna preocupación por infección o inflamación. Los análisis de sangre generalmente incluyen una Biometría hemática completa (BHc), velocidad de sedimentación globular (VSG) y proteína C-reactiva (PCR). El médico pudiera solicitar estudios adicionales.
Tratamiento
El tratamiento del dolor de espalda dependerá de las condiciones subyacentes. Debido a la dificultad de encontrar la fuente de dolor hasta en la mitad de los niños / adolescentes, su médico puede recomendar reposo o terapia física después de la evaluación inicial y las radiografías.
Tensión muscular o sobreuso (agudo o crónico) es la causa más común de dolor de espalda en niños y adolescentes. El desequilibrio muscular o la debilidad pueden contribuir al dolor. Las contracturas en agudo generalmente se resuelven después de un período de descanso o modificación de la actividad. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno o naproxeno) y el frío local pueden ayudar a aliviar los síntomas agudos al disminuir la hinchazón. Después de 4-5 días, pueden preferirse las compresas tibias ya que el calor puede ayudar a relajar los músculos y disminuir el espasmo muscular. Un programa regular de caminata de bajo impacto con una meta de 30-45 minutos por día puede ayudar a aumentar el acondicionamiento a medida que mejora el dolor. El estiramiento de isquiotibiales y el fortalecimiento abdominal pueden ayudar a aliviar el dolor persistente de la espalda. Muchos niños y adolescentes se beneficiarán de un programa formal de terapia física para enseñarles los ejercicios apropiados.
La cifosis o columna redondeada, pueden provocar dolor de espalda, generalmente en adolescentes. La espalda redondeada o prominente se puede deber a una mala postura y puede mejorar con ejercicios básicos. Existe otro tipo de cifosis en la que en realidad tiene cambios estructurales que pueden progresar y dar como resultado una deformidad. Esta afección, conocida como cifosis de Scheuermann, se caracteriza por una vértebra en forma de cuña que se colapsa en la parte anterior y da como resultado una apariencia encorvada o redondeada. La cirugía puede estar indicada en casos severos.
La espondilólisis se refiere a un defecto o fractura por estrés en la columna posterior que puede causar dolor lumbar. Las actividades que requieren torsión o hiperextensión de la espalda (como la gimnasia, la lucha libre, el buceo, el fútbol y el hockey) pueden aumentar el estrés en la zona lumbar, lo que puede ocasionar un trauma al hueso y una posible fractura. El dolor generalmente es peor cuando se realiza extensión de la espalda comparado con la inclinación hacia adelante. La contractura de los tendones isquiotibiales, pueden tirar de la pelvis dando como resultado un aplanamiento de la parte baja de la espalda o dificultad para dar largos pasos al caminar o correr. Tomar un descanso de los deportes y hacer ejercicios de estiramiento de los músculos isquiotibiales y mantener fortalecido el abdomen, puede ayudar a aliviar la tensión en la región lumbar y mejorar los síntomas. Una faja para la espalda, puede proporcionar cierto alivio. La cirugía se reserva para aquellos casos de dolor intenso que no mejoran con el tratamiento no quirúrgico.
La espondilolistesis se refiere al deslizamiento de una vértebra hacia adelante con respecto a la vértebra inferior y ocurre con mayor frecuencia en la columna vertebral inferior o lumbosacra. Los defectos en la columna posterior permiten que ocurra este deslizamiento. A medida que la vértebra se desliza hacia adelante, se pueden lesionar los nervios espinales. A menudo, los niños / adolescentes pueden participar en los deportes cuando existe un deslizamiento menor y si el dolor es mínimo. Si el deslizamiento es severo o progresivo, se puede recomendar una cirugía.
La hernia de disco rara vez ocurre en adolescentes, pero es posible durante una actividad enérgica como el levantamiento de pesas. A diferencia de los adultos, los niños y adolescentes todavía tienen centros de crecimiento en los extremos de sus vértebras. Cuando el disco se hernia o empuja hacia atrás, puede arrancar un fragmento de este hueso en crecimiento con él, y esto puede causar presión sobre los nervios o la médula espinal. Cuando esto ocurre, la cirugía puede ser necesaria para eliminar el fragmento de hueso.
La infección puede afectar los huesos vertebrales o los discos de la columna vertebral. La infección del disco, conocida como discitis, tiende a afectar a los niños más pequeños. Además del dolor, un niño con una infección en la columna vertebral puede tener fiebre, rigidez en la espalda baja y negarse a caminar o agacharse. Las pruebas de laboratorio, rayos X y / o Resonancia magnética, son útiles para hacer el diagnóstico. El tratamiento generalmente incluye antibióticos.
Los tumores, aunque son poco frecuentes, pueden ocurrir en la columna vertebral de los niños. El dolor constante o que empeora y es progresivo, el dolor nocturno o el dolor asociado con fiebre o pérdida de peso deben ser evaluados por un médico. El tratamiento depende del tipo de tumor.
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